Somos una familia arraigada a la industria vitivinícola con casi 80 años de trayectoria. En la actualidad, es la tercera generación quien conduce los destinos del sueño que comenzó en 1939. Sus hijos y nietos tuvieron una misión: se acercaron a lo que en aquel momento parecía una utopía y continuaron con la tradición de crear vinos de excelencia.